Jojoba y Medio Ambiente

Desertificación, cambio climático y consumo consciente.

La desertificación es un peligroso proceso en el que zonas fértiles se vuelven secas y desérticas, y avanza a un ritmo de entre 50.000 y 70.000 kilómetros cuadrados al año, y 38 millones de kilómetros cuadrados, o alrededor de una cuarta parte de las tierras del mundo, ya son desiertos. Esto incluye el 41 por ciento de las tierras agrícolas.

 

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MENOS EN CONSUMO DE AGUA.

Además de reducir la presencia de CO2 y combatir el efecto invernadero, la jojoba ha demostrado ser un poderoso aliado en la lucha contra la desertificación y el cambio climático. Puede crecer en zonas áridas, recupera el la fertilidad del suelo, y disminuye los riesgos de erosión, permitiendo así la existencia de cultivos perennes ecológicos en zonas desérticas. Además, el riego de la jojoba se hace por un sistema de goteo y su consumo de agua es un 60% más eficiente, ya que necesita solamente la mitad o un tercio de lo que requiere un cultivo tradicional.

 

Jojoba y Las Ballenas

Una hectárea de cultivo en toda su vida útil evita la pesca de

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BALLENAS

En la cabeza de los cachalotes se encuentra el órgano del espermaceti o esperma, una gran masa de grasa que se cree que contribuye a la flotabilidad del animal y facilita sus inmersiones. Esta sustancia fue uno de los productos más rentables de la caza comercial de ballenas, debido a sus múltiples usos  en la industria cosmética y por su su capacidad emoliente debido a su similitud inigualable con el sebo de la piel humana.

El aceite de jojoba es uno de los ingredentes cosmétios más ecológicos. Consiste en una cera que se extrae de la semilla del arbusto Simmondsia Chinensis, y posee una estructura casi idéntica, e incluso con mayores beneficios que la del espermaceti de las ballenas, por lo que lo ha substituido en casi todas las aplicaciones comerciales, evitando así, a muerte de miles de ballenas alrededor del mundo.